Se nos ha ido al cielo uno de los grandes, Momo.
Ha fallecido por causas de la edad rodeado de su familia a los 13 años de edad. Una familia diez que ha compartido sus últimos 3 años de vida en Alemania.
Estamos super agradecidos a esta familia porque a veces no es fácil adoptar a un perro tan mayor con semejante vida anterior y empezando con achaques propios de la edad.
Momo llegó a nosotros después de estar durante días implorando a su dueño que no lo matara porque era viejo y ya no servía para guardar.
Toda su vida o la gran mayoría estuvo atado a una cadena y cuando llegó a nosotros era piel y hueso.
Sin embargo, el nos quiso desde que nos vio, fue un flechazo mutuo porque Momo era un perro tan sumamente excepcional que su dueño nunca llegó a conocer. Momo era tan sensible que se quedaba llorando cada vez que nos íbamos de la protectora y solo quería que lo acariciaras y sentirse querido.
Cuando nos dijeron que se iba a vivir con una familia a Alemania nos pusimos locos de contentos porque sin duda se lo merecía. Aun nos emocionamos más al recordar las fotos de Momo en la peluquería en Alemania, envuelto en un gran albornoz verde fosforito y los videos en los que jugaba como un chavalín con el otro perro de la casa.
Serían infinitas las palabras para agradecer a su familia todo lo que le hicieron disfrutar de la vida a Momo. Nunca se lo podremos agradecer bastante.
En Alemania y aquí hoy se llora la pérdida de un ángel con unas alas tan grandes como su corazón.
Momo, pequeño gran Momo, descansa en paz cariño.