Recordando el final feliz de Aroa.
A Aroa la recogimos hace unos años, estaba atada a la cabina de un tractor en medio de un monte. Durante el tiempo que vivió con nosotros en la protectora, Aroa no dejó de ser una perrita totalmente feliz, y extremadamente cariñosa, a todos los voluntarios nos llenaba de besos cada vez que nos veía. Era una de esas perritas que te hacían sonreír por su inmensa alegría.
Hasta que consiguió un hogar definitivo, Aroa pasó por varios intentos de adopción. Primero fue adoptada y vivía en una parcela cerca de la protectora, pero la adopción no salió bien y a las pocas semanas volvió con nosotros.
Tiempo después, una familia alemana se interesó por ella pero al realizarle unas pruebas veterinarias, comprobamos que Aroa tenia leishmania, por lo que la familia se echó para atrás ya que hacía poco que habían perdido a su perro por la misma enfermedad y no querían volver a pasar por lo mismo.
Por fin, Aroa pudo viajar a Alemania, y aunque en principio fue a una casa de acogida, su familia pronto se dio cuenta de lo especial que era y decidieron que se quedara con ellos para siempre. Aroa es totalmente feliz con ellos, y vamos recibiendo noticias y fotos a menudo, algo que nos alegra mucho.
Lamentablemente, hace poco su familia nos comunicó que Aroa había sufrido un accidente, pudo salvar su vida pero tuvieron que amputarle una de sus patitas. Esto no le impide ser una perrita totalmente feliz, sigue recibiendo a su familia con los mismos besos que nos daba a nosotros, y le encanta correr y saltar por el bosque que hay al lado de su casa.
Aquí os enseñamos unas fotos de Aroa en Alemania para que veáis lo guapa que está.