El final feliz de nuestro abuelete Zape.
Zape llegó a la protectora siendo solo un cachorrito. Su carácter asustadizo y desconfiado lo acompañaría siempre. Siempre observando desde la distancia, a pesar de los intentos de los voluntarios nunca se acercaba a recibir sus caricias, siempre huía y prefería mantenerse al margen. Salía de su jaula con su turno pero siempre volvía a su casa, desde donde vio pasar así los años… nada más y nada menos que 13 años.
Zape cada vez estaba más mayor, más débil, y algunos de sus compañeros de jaula le atacaban aprovechando esta indefensión. A todos se nos encogía el corazón de ver que iban pasando los años y para él nunca llegaba la adopción, su edad y su miedo no facilitaban las cosas.
Pero dicen que los milagros existen, y nuestro milagro llegó de la mano de SENIORS HOME, una asociación que cuida y protege a los perros más mayores, a esos en los que ya casi nadie se fija y que no entendemos por qué puesto que todo el mundo merece pasar sus últimos días conociendo una vida digna.
Vinieron personalmente a recoger a nuestro Zape. Fueron horas de acercamiento, cariño y paciencia, las prisas no son buenas para los perros que han vivido 13 años con la misma rutina, casi mirando pasar los días desde la distancia. Pero quién la sigue la consigue, y hoy Zape vive feliz con su manada, en estos meses los progresos son lentos, pero importantes.
Nos cuentan que el trabajo ha sido duro e intenso. Desconocía lo que era vivir en manada y cerca de las personas, esto lo paralizaba y le hacía estremecerse de miedo. Pero a día de hoy es capaz de convivir con su manada, acepta caricias, ha aprendido a pasear con correa por la calle, y se va adaptando cada vez mejor, aunque con miedo, a la vida en un hogar. Todos le comprendemos, han sido 13 años con una misma rutina que ya formaba parte de su vida. Vida que ha cambiado gracias a nuestros compañeros de Seniors Home, a los que estamos eternamente agradecidos.
Aquí van fotos de Zape, la primera tomada en la protectora, las siguiente, en su nuevo hogar.
¡Cuánto nos acordamos de ti, Zape!